Algo hicimos mal, supongo...

dimarts, 9 d’abril del 2013

"La desintegración de la persistencia"
Salvador Dalí

Artículo de Silvia Egea, Abogada y Secretaria de Políticas de Igualdad del PSC de L'Hospitalet.

Vivimos tiempos convulsos, de extrema debilidad de las instituciones del Estado y a consecuencia de ello de la Democracia.

Quizás buena parte de ello se deba a el cómo y quien llevó a cabo la Transición democrática después de casi 40 años de una dura dictadura que consolidó una clase política, un sistema judicial y un ejercito que sustentaban su estructura, con ello, no quiero tampoco cuestionar la figura de Suárez,  que seguramente hizo todo lo posible o lo que le dejaron, siendo heredero del franquismo por modificarlo y de lo cual muchos nunca le perdonaron. Lo que en esos momentos se hizo fue una reforma de las instituciones franquistas sin que se produjera una transformación profunda ni una ruptura. Fueron tiempos de poca transparencia, de gestos como los del Partido Comunista que renunció al leninismo y a la República, en favor de la Monarquía Parlamentaria que provocaron su casi desaparición como tal.

Con la Democracia tampoco se consigue una transformación radical de instituciones tan importantes como la Administración de Justicia, o de la Banca con poderes ilimitados, donde poder político y económico se confunden, y en todo esto alguna cosa podríamos haber hecho los socialistas que gobernamos durante 14 años, cierto que se modernizó el país que se hicieron grandes reformas y se dotó al país de un sistema de pensiones, Sanidad, Educación, Servicios sociales... pilares del Estado del Bienestar. Se consiguió una cohesión social inimaginable, pero no se optó por cimentar una estructura económica fuerte, nuestra economía continuaba basándose  en el turismo y en algunas empresas subsidiadas y en la especulación. Pan para hoy y hambre para mañana o como se dice de esos polvos vienen estos lodos.

Creíamos que este oasis duraría eternamente que podríamos hacer llegar el AVE hasta el último pueblo de España, que sembraríamos el país de“aeropuertos para las personas”, de obras faraónicas, y toda esta mala gestión de los recursos públicos, esta falta de transparencia y la profunda crisis económica en la que se sume Occidente hacen emerger todo lo mal hecho, toda la basura que embrutece las cosas bienes hechas de manera honesta  y se pone la lupa sobre los partidos políticos, que pasan de ser el instrumento a ser un problema, porque no dan solución a las necesidades de la gente, o a instituciones como la Monarquía  que de estar al margen de todo se encuentra cuestionada, porque algunos de sus miembros creyeron que sus actos ilícitos gozaban de impunidad, que estaban por encima del bien y del mal. Para ser justos, el rey reina pero no gobierna, no podemos achacarle a la institución de la corona los males que ahora nos afectan, en todo caso, si su falta de ejemplaridad. Tampoco favorece que personajes destacados de la democracia como Miquel Roca, uno de los padres de nuestra Constitución, se involucren en la defensa de un miembro de la familia real de manera pública y notoria, porque no benefician en nada a la institución democrática, creo que no era necesario, al margen de posibles vínculos de amistad.

A todo ello, continuamos teniendo una derecha franquista, involucionista, que se cree legitimada para hacer y deshacer según su antojo que siente nostalgia de otros tiempos y que nos gobierna por mayoría absoluta y además pretende desmantelar el Estado de Bienestar amparado en la excusa de la crisis y con el aval de Merkel “la  teacher alemana”.  

Es papel prioritario del Partido Socialista apostar por un modelo alternativo que de manera clara y contundente se desmarque de la política económica de la derecha, que defiende los intereses de la banca y de los más poderosos, de quienes defraudan y que castiga la pobreza, pero ya no son suficientes los gestos es momento de entrar a la acción porque en ello nos jugamos nuestra supervivencia, debemos optar por el camino de la lucha y de la renuncia a algunos privilegios, a ser pequeños para volver a ser grandes, a ser más transparentes, honestos con nosotros mismos y con nuestros votantes, ejemplares en nuestro comportamiento público y privado, en marcar límites y en barrer a los corruptos de nuestras filas y de nuestro partido, en ser más críticos y  reconstruir los puentes rotos con la ciudadanía.

En presentar nuevos liderazgos y acabar con el clientelismo que vulgariza la política e impedir la eternización en primera línea de nuestros políticos, marcar límites. Hemos de ser conscientes que al otro lado está el abismo, el margen de maniobra cada vez es menor.

Aún tenemos margen para la esperanza, se puede...Juntos Podemos!

1 comentaris:

  1. Willy ha dit...:

    Muy bueno, compañera, muy bueno.

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