Nosotras no queremos volver a ser Eva

dilluns, 27 de maig del 2013


Artículo escrito por Silvia Egea, Abogada y Seretaria de Políticas de Igualdad en la CEF de L'Hospitalet.

Y Dios creó a la mujer...y  para algunos surgió el problema...el principio de sus males e inseguridades, para otros se inicia una vida más rica, diversa y porque no mucho más divertida....todo podía haber sido fácil o no...No hubo lugar al debate....la mujer ocupó un lugar secundario en la Historia...fuimos compañeras serviciales, cómplices, durante siglos sin derechos públicos....de manera recurrente se acuñó la frase "Detrás de un gran  hombre hay una gran mujer"...y nosotras contentas de escucharlo...porque al final parecía que ese reconocimiento nos daba aquello que la Historia no nos reconocía públicamente...al final llegaba el sufragio femenino... tras duras luchas, sufrimiento, muertes, renuncias y sacrificio...encontramos compañeras en las cuales nos vemos reflejadas...sólidas, comprometidas, de una sola pieza...diferentes a los hombres? En nada...yo no quiero ser tratada diferente, ¿porque?...acaso soy menos ambiciosa, cualificada, preparada...no quiero ser ni más cuidada ni más protegida...simplemente RESPETADA,  nuestra Constitución  instaura como Derecho Fundamental en su artículo 14 el derecho a  la Igualdad...a ser tratada de igual manera en idénticas circunstancias.

Y llega 2013...el Partido Popular, la derecha nos gobierna...dos hombres y un destino...Alberto Ruiz Gallardón y Alberto Fernández Díaz, las dos caras de una misma moneda, todos habréis oído hablar de los trileros, que juegan y engañan en beneficio propio...al final no importa quien gobierne si ellos están allí nada ni nadie importa...es el reconocimiento a los mediocres obedientes, un colectivo numeroso, que quiere arrebatarnos a las mujeres el lugar merecido y por el cual nosotras no tenemos nada que agradecerles. ¿De dónde salen estos dos sujetos?...¿porque debemos respetarles??

Debatimos un tema fundamental, la maternidad responsable,  el hecho que el Estado acabe corrigiendo o supliendo la voluntad de aquellas mujeres que se cuestionan su maternidad, ¿porque siempre hablamos de malformaciones? ¿De grave riesgo de la vida de la madre? Sin lugar a dudas, de manera incuestionable hemos de tratar el tema con responsabilidad, sobretodo individual, porque no es justo responsabilizar al resto de  aquello que forma parte de nuestra vida particular. 

Los poderes públicos han de proteger a los más débiles dentro de la sociedad, actualmente, a causa de la política de recortes del PP resulta imposible, nunca los más indefensos se vieron más despreciados!! En algunas circunstancias no es necesaria la eutanasia porque el propio sistema, las estructuras del Estado acaban por frustrar y arrebatar el futuro y una vida digna a aquellos que son diferentes.

Aparecen las contradicciones del sistema...las vergüenzas...el dolor...la discriminación...el rechazo...

Ojalá todo fuera Disney...ese país donde vive Fátima Báñez, esas películas mágicas donde todo se soluciona, donde todo es perfecto y triunfa el amor...y si también falla, siempre nos quedará la Virgen.

Nosotras no solo nos enfrentamos a nuestra lucha diaria sino que hemos de combatir o vivir con las palabras y desprecios de sujetos mediocres e incapaces, se evidencian sus incapacidades, sus defectos y debilidades...recurren con demasiada frecuencia  al insulto, al ataque y a la mentira.

Las mujeres no hemos de defendernos de nada simplemente reivindicarnos, ante el desprecio, actitudes indignas de  personas que ocupan un espacio en la vida pública y no están a la altura de su cargo, como el Señor Fernández Díaz, y por supuesto, exigir responsabilidades, recordarle que no hay mayor terrorismo que el de la intolerancia y  reclamar también la solidaridad de nuestros compañeros, los silencios son difíciles de justificar ante comportamientos tan indignos.

Yo como mujer sujeto libre e independiente, quiero tener la libertad de decidir sobre mi vida, sobre mi cuerpo, sin tutelas, la maternidad forma parte de mi ciclo vital pero no ha de impedir realizarme como individuo...es una paradoja que en una sociedad individualista donde lo que se potencia es el beneficio propio, la competitividad, se nos obligue a las mujeres a renunciar a nuestro futuro porque para algunos seamos la fábrica de reproducción, de perpetuación del sistema y de ellos mismos.

Seguramente deberíamos negarnos a debatir sobre un asunto que como punto de partida, de inicio, nos niega voluntad propia, formamos parte activa de esta sociedad, ni somos ignorantes, ni indefensas ni maltratadassalvo por aquellos que como Gallardón se erigen en nuestros salvadores, han sido demasiados  años de tutores, ni queremos ni necesitamos que nadie nos proteja de esa manera, deseamos ser amadas y respetadas por lo que somos y por como somos, no pedimos más de aquello que ofrecemos.

Partiendo del hecho que nuestro Estado es laico no entiendo esa extraña reverencia  y sumisión del Ministro de Justicia a las directrices de la Iglesia Católica, habríamos de recordarle que ha de gobernar para todos, es arriesgado y peligroso mezclar religión, sentimiento religioso, con la racionalidad de la ley, sobretodo, cuando no existe en la calle una reclamación en este aspecto.

No podemos permitirnos, como sociedad que se sobrepasen determinados límites ni el retroceder a otras épocas, ni la política puede permitirse sujetos que por lo único que se destacan es por los titulares que ofrecen a la prensa y que evidencian no solo su falta de principios sino la incapacidad de hacer de la política el instrumento capaz de transformar de manera positiva nuestra vida y dignificarla.

Mi deseo es enterrar este tipo de debates, actitudes y personas, empezar a hablar de lo que realmente nos afecta como ciudadanas...aquello que da sentido a nuestra vida y no tolerar políticas ni políticos que atacan nuestra presencia pública, que cuestionan nuestras capacidades y que nos insultan con sus gestos y palabras.

Decía Federico García Lorca "En la bandera de la libertad bordé el amor más grande de mi vida...levantemos esa bandera, el pasado nos ha de servir de referencia para no cometer los mismos errores, como país hemos de avanzar e impedir que leyes muy concretas nos hagan retroceder a la época franquista poniendo en grave riesgo la cohesión social y la integridad física y moral de muchas mujeres a las cuales el Estado está obligado a garantizar su seguridad.

Queremos tener la libertad de decidir y porque no de equivocarnos...de vivir, de  amar y de morir de manera digna.

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