Artículo publicado por Rafael Gómez Viñas
El miércoles pasado estuve en Madrid, y tuve la oportunidad de asistir a una sesión parlamentaria en el Congreso de los Diputados. Para más dicha, tuve la oportunidad de escuchar la intervención del que había sido mi alcalde durante mucho tiempo, y al que aprecio y respecto, Celestino Corbacho.
La interpelación por parte del Partido Popular al ministro Corbacho fue de un tal Ignacio Uriarte, un individuo muy trajeado y con una barba muy cuidada, es decir, un individuo muy del PP muy del PP, de los de toda la vida. Tanto es así que nunca me pude imaginar que fuera el presidente de Nuevas Generaciones y que tuviera 29 años, yo le eché como mínimo 45, no es broma.
Pero a lo que iba: La interpelación de Ignacio Uriarte no se caracterizó por nada especial, más que por insinuarle al ministro que si él fuera el ministro estaría preocupado por haberle dejado fuera del tándem Salgado/Blanco/Sebastián para conducir la comisión del diálogo social, y que en cuando hubiera una crisis de gobierno por parte del presidente, él iba a ser el primero en dejar su ministerio.
Ante estas palabras, Corbacho le contestó que no se preocupara por él, que él ya tenía un recorrido hecho, una historia y un bagaje, y su futuro no pasaba por un cambio o una crisis de gobierno. El ministro le dijo que se preocupara por su futuro y por el de su partido, que no era muy halagüeño.
Y que razón tenía Corbacho… al día siguiente de esta intervención en el Congreso. El Sr. Ignacio Uriarte tuvo un accidente de tráficoa las siete de la mañana del viernes en Madrid. Su coche envistió a otro en un semáforo en rojo. Se le practicó la prueba de alcoholemia y, según fuentes judiciales, conducía con el doble de la tasa permitida (digno predecesor de Aznar, que en un estado de embriaguez importante comentó públicamente: “que quién era el gobierno para decirle a él lo que podía o no podía beber o podía o no podía correr”).
Pero esto no es lo más fuerte, lo grave es que esta persona es vocal en la Comisión de Seguridad Vial del Parlamento. Vaya ejemplo, para todos los jóvenes. Una de las personas que debate y acuerda las leyes de seguridad vial en España no respeta las normas que emanan del Parlamento.
Si ya lo decía Corbacho: “preocúpese de su futuro, que del mío ya me preocupo yo”. Y que razón tenía. Espero que el tal Ignacio Uriarte de 29 años, presidente de las nuevas generaciones del PP y diputado al Congreso de los Diputados, haya aprendido. Porque aparte de vocal de la Comisión de seguridad Vial, es vocal de la Comisión de Igualdad (que no le dé por menospreciar e infravalorar a las mujeres) y vocal de la Comisión dedicada al estudio del problema de las drogas (que no nos lo encontremos drogado por alguna calle de la moraleja o del barrio de Salamanca, o peor aun vendiendo droga).
Espero que este joven del PP tome ejemplo de lo que es ser coherente, trabajador y respetuoso con las normas para ir con la cabeza bien alta como el Sr. Ministro de Trabajo e Inmigración Celestino Corbacho.
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