El 23F, el Rey y la Transición sin Síndrome de Estocolmo

dissabte, 23 de febrer del 2013



Haber nacido un mes y poco después del 23F hace que mi análisis sobre éste o sobre la Transición no sea directo sino a través del tiempo. Esto obviamente tiene cosas buenas y malas, no pude vivir el proceso de la transición ni los discursos del Rey, ni de Suárez en vivo, pero sí me permite reflexionar sobre estos hechos, a los que siempre se alude como episodio único y excepcional para todos los episodios políticos menos excepcionales posteriores que según parece, deben guardar la memoria y el espíritu de este periodo.La parte buena mi análisis es que no tiene ni un ápice del posible Síndrome de Estocolmo hacía sus captores que sí pudieron sufrir los españoles que fueron liberados después de 40 años de dictadura.La recuperación democrática en España era un proceso inevitable, si se mira en el contexto geopolítico de la época en el que las últimas dictaduras de derechas en Europa habían caído tanto en Grecia como en Portugal en 1974 dando paso a la futura expansión de la Unión Europea hacía el sur de 1981 y 1986.Los procesos geopolíticos son regionales y como muestra la reciente "primavera árabe" o la caída del bloque soviético a principios de los 90.¿Alguien se puede imaginar una país comunista europeo más allá de la caída del muro de Berlín? ¿Alguien se podía imaginar entonces una Comunidad Económica Europea con Portugal y Grecia plenamente integradas y sin España?
 
Bajo mi punto de vista, la diferencia entre los golpes de Estado del 18 de julio de 1936 y el 23 de febrero de 1981 (fallido), es el primero contaba con el apoyo de las élites económicas y el segundo no. De hecho, el golpe de Estado del 36 está propiciado por esas mismas élites que temen perder sus privilegios, mientras el de 1981 lo realizan unos nostálgicos sin el apoyo de los poderosos porque la "modélica transición" ya se había encargado de conservarles sus privilegios en la nueva democracia con vistas a Europa y asegurarles su completa impunidad por los crímenes y delitos del franquismo. El Rey en el fondo no dejaría de ser un simple chamán que articula el milagro de la conversión a la democracia de los que no lo son.

De esta manera modelo de transición española podría ser parecido al de los países ex-comunistas como la URSS, se convalida democráticamente a las élites y se les exonera de pagar por su pasado. Como ejemplo gráfico hay que decir que Franco comparte el "honor" junto a otros dictadores con crímenes de lesa humanidad como Stalin de conservar una tumba pública donde pueden ser venerados, mientras sus víctimas han de luchar por recuperar su espacio en un el escenario democrático donde se difunde la perversa idea que las dictaduras fueron "males necesarios" que han forjado la prosperidad presente. El problema es que si las dictaduras fueron males necesarios del pasado ¿Quién asegura que no lo sean del futuro?


Poner a cada uno en su rincón de la historia, es la misión de todas las generaciones posteriores que no sufrimos directamente los totalitarismos pero que somos ampliamente conocedoras de sus efectos. Somos los encargados, de alguna manera, que las generaciones posteriores a nosotros no tengan que sufrir otra vez, por efecto de la desmemoria, lo sufrieron nuestros predecesores, todo un reto.

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